domingo, 27 de enero de 2008

Los Crimenes de Oxford



Cambio de rumbo en la filmografía del gran Alex de la Iglesia. Tras su ciclo de comedias negras (La Comunidad, Crimen Ferpecto...) guioniza (1) y dirige este thriller de estructura clásica con más que aceptables resultados. De la Iglesia es un hombre que conoce y ama su oficio, y eso se nota en el resultado de esta cinta. El ritmo es muy bueno, el aspecto formal inmejorable y encima se beneficia de tener un reparto internacional fantástico. Especialmente interesante es el duelo interpretativo entre Elijah Wood y John Hurt, que se llevan las mejores líneas del guión, mientras que una despampanante Leonor Watling queda reducida a ser la chica de la película. La única pega es que con el mercado atestado de este tipo de producciones de misterios, claves y asesinato nos queda la sensación de estar viendo una más. Bien hecha, con un interesante uso de la filosofía y las matemáticas como fondo, pero no trasciende a su propia identidad de derivado del Código Da Vinci.


El detalle friki: En la escena de la fiesta de disfraces un disfrazado Arthur Seldom (John Hurt) explica al joven Martin (Elijah) la historia de Guy Fawkes, mítico conspirador inglés en que estaba basado el protagonista de otro film de Hurt: V de Vendetta.


La pregunta friki: Fui el único que cuando vio a Elijah en su escena de sexo con Leonor preguntó:

- ¿Y Sam que dirá de todo esto?


(1) Basándose en la novela original de Guillermo Martínez "Crímenes imperceptibles".

2 comentarios:

L Gato dijo...

XDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Pobre Sam, que cornamenta... Pero se lo merece por dejarle por esa sosona de Rosita :P

imaginauta dijo...

Sam abandona su fantasía homosexual por la típica chica inglesa con pinta de futura rolliza. El libro termina siendo claramente homófobo al abandonar Frodo (el más moñas)la Tierra Media debido a su terrible herida (metáfora de su homosexualidad).

Es evidente esto ya que va a ir a la tierra de los elfos que, como sabéis todos los anglófonos, es sinónimo de que te gustan los de tu propio género.