sábado, 21 de marzo de 2009

Muy pronto seré invencible


Esta semana me he acabado 3 libros de esos que dejo aparcados durante meses con un ticket o similar a modo de punto de libro. Lo siguiente va a ser hacer reseñas de todos aunque siempre desde mi peculiar e inconexo estilo. Empiezo por la única novela. "Muy pronto seré invencible" fue fichada tras verla reseñada en un foro de Internet (gritos.com/invisibles) y las busquedas en google me confirmaron que estaba ante una lectura potente. Su autor se engloba dentro de esa corriente de "Nueva Narrativa Americana" o "Next Generation" que engloba desde a escritores como el fallecido Foster Wallace a directores de cine como David Fincher. Con esta estructura de cruces constantes de canales de comunicación no es de extrañar que Austin Grossman, autor de "MPSI", venga originalmente de la industria del videojuego [1] y tampoco es de extrañar que la "Nueva generación" tenga como uno de sus marcos de ambientación preferidos al cómic americano y más concretamente al de superhéroes. Antiguamente considerado un género marginal que se ceñía a los integrantes del movimiento nerd (YO) el cómic de superhéroes ha acabado estando en primera linea de popularidad gracias al éxito de las adaptaciones hollywoodienses. A resultas de esto tenemos que varios autores han utilizado referencias comiqueras, cuando no directamente la escenografía, para hablar de los temas que les inquietan. La postmodernidad explicada a través de la metafora de la superhumanidad [2] es algo que han venido haciendo gente como Rick Moody en "La Tormenta de Hielo" , Jonathan Lethem en "La Fortaleza de la Soledad" o Michael Chabon en "Las Asombrosas Aventuras de Kavalier y Clay". Este último incluso renunció a cualquier patina de intelectualidad participando en el guión de Spiderman II con lo que la pirueta era doblemente mortal y sin red. En relación con esos libros en "Muy pronto seré invencible" la parte crítica esta al fondo del postre superheróico y/o supervillanico agazapada como una sorpresa. Empieza como una historia de género al uso aunque algo más sofisticada, con una pegadiza introducción:

"Esta mañana en el planeta Tierra hay mil seiscientas ochenta y seis personas superpoderosas. De ellas, ciento veintiséis son civiles que llevan una vida normal. Treinta y ocho están recluidos en bases científicas financiadas por el Departamento de Defensa, o equivalentes extranjeros. Doscientos veintiséis son seres acuáticos, confinados en los océanos. Veintinueve son inmóviles: árboles poderosos, la Esfinge y la pirámide de Ramses II. Veinticinco son microscópicos. Tres son perros; cuatro son gatos; uno es un pájaro. Seis están hechos de gases. Uno es un efecto eléctrico móvil, más parecido a una tormenta que a una persona. Setenta y siete son alienígenas.

Treinta y ocho están desaparecidas. Cuarenta y una están fuera del continuo, emigrantes a realidades alternativas y bifurcaciones temporales. Seiscientas setenta y ocho usan sus poderes para luchar contra el crimen, mientras cuatrocientas cuarenta y una usan sus poderes para cometerlos. Cuarenta y cuatro están actualmente confinadas en prisiones especiales para criminales superpoderosos. De éstos, es interesante destacar que una proporción considerable tiene un coeficiente intelectual superior o igual a 300. Dieciocho, para ser exactos. Incluido yo."

A partir de ahí todo es darse cuenta de que el villano es el héroe de su propia historia y que lo que bulle por detrás son las historias de instituto de siempre. El Doctor Imposible no deja de ser un avatar de esa "inteligencia fracasada" que tantos tenemos y que nos lleva a frustrarnos al no ver conseguidos nuestros megalomaníacos objetivos. Mientras leía "MPSI" hubo hasta tres personas diferentes que hablando conmigo usaron la metáfora de "conquistar el mundo". Mi amiga Anna para referirse a lo que ella entendía que yo quería para mi futuro, un compañero de trabajo para explicar lo que quiso para el suyo y no tiene (y ya no espera), y mi amiga Emma para referirse a sus propias maquinaciones amparada en una especie de superpoder casero que según ella todos tenemos y en el que ella ha alcanzado un sublime nivel de manejo. Para más información leanse "El Secreto" aunque la base del asunto sería aquello bíblico de "Dios proveerá". Dejando a parte lo interesante de la sincronía libro/término convendrán conmigo en que la metáfora aguanta, así que el que tenga interés en leerse el libro tiene hasta excusa intelectual para disfrutar con los superhéroes.

[1] Aunque por otra parte dice mucho en favor de la industria del videojuego que tengan a un licenciado en literatura inglesa trabajando en sus proyectos. No todo es imagen y la industria de las maquinas recreativas lo sabe.

[2] En el número 301 (Diciembre 2008) de la revista Quimera tenemos un interesante dossier de Jorge Carrión y Juan Trejo que analiza la evolución del concepto de superhéroe dentro y fuera de la historieta, estudiando las conexiones con literatura y cine. Puedes leer el prologo aquí.


2 comentarios:

Refachadona dijo...

Tan friki como siempre ;) saludos intercontinentales!

imaginauta dijo...

Mis fans dicen que incluso más.

Un beso