sábado, 12 de noviembre de 2011

Otra improbable definción de frikismo

Concurso anual de fans de Hemingway en Key West (Florida)

Consiste en invertir tiempo, esfuerzo y/o dinero en actividades aparentemente inútiles con fines lúdicos o goce de tipo estético aunque se intenten llenar de significados. Es vital que la practica sea cuando más minoritaria mejor pero nunca individual, situación en la cual te conviertes en un pirado y no en un friki. El frikismo requiere de compinches y a la vez de estar mal visto por una inmensa mayoría. En mi opinión si el frikismo se extiende deja de ser freak. Estar institucionalizado, adocena (siempre aparecen incrédulos que se aprovechan de la difusión para estructurar la cosa y rentabilizarla como forma de control social) y nosotros requerimos de autenticidad. Veamos el caso del catolicismo. En un determinado momento reunirse en petit comité para ingerir pan y vino en la creencia de que resultabas poseído por una deidad semítica, una, trina y carpintera debió de ser indudablemente freak pero la mayoritaria aceptación de dicha actividad le ha quitado componente F (mayúscula) y trascendencia. La inversión del tiempo es otro factor fundamental puesto que no basta con haber visto Star Wars si no haber dedicado ingentes horas a discutir trasfondos, personajes y relaciones, así como concursar en intentos de levitación caseros (sin éxito) y, por supuesto, imitar el sonido de las espadas laser cada vez que tienes una linterna entre manos. Esto último se me antoja fundamental. En caso contrario ni eres freak ni eres nada.

Agradecimientos: A Ana y su anécdota de una amiga que organiza timbas de Monopoly con jugadores vestidos de etiqueta y a Adriana porque siempre que escribo imagino que se lo estoy contando. En el fondo eres el público para el que escribo. Besos

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